Disponer de este tipo de filtros en nuestro teléfono móvil o tablet teóricamente evita los perjuicios que puede provocar la nociva luz azul que emiten las pantallas de estos dispositivos electrónicos. No obstante, la realidad es que no hay datos empíricos que demuestren que las pantallas de móviles y tablets puedan resultar dañinas para la salud de nuestros ojos.
La patente de los denominados filtros reticare para teléfonos móviles y tablets tiene su fundamento en los resultados arrojados por un experimento de laboratorio realizado por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid. En dicho experimento se cogieron células de retina que fueron expuestas a emisiones de luz LED de diferentes colores y longitudes de onda, llegándose a determinar que las emisiones más dañinas eran aquellas realizadas en el espectro de luz azul.
Los propios investigadores de la mencionada Universidad avalan la eficacia de los filtros reticare contra los efectos dañinos de la luz azul que emiten los diodos LED de las pantalla de móviles y tablets.
No obstante, los resultados de este experimento tienen un punto frágil. La realidad es que el experimento se ha realizado utilizando células in vitro, células que ofrecen unas condiciones experimentales que no concuerdan con los requisitos reales de exposición que se producen realmente en las personas cuando se encuentran utilizando su móvil o tablet.
Por lo tanto, lo cierto es que no hay datos experimentales fidedignos que verifiquen esta circunstancia, pues no se ha comprobado que en los últimos años y desde que los smartphones se han empezado a utilizar de forma masiva, se hayan detectado un mayor número de enfermedades de la retina, que sería la forma correcta de establecer que el uso de teléfonos móviles y tablets puede aumentar el riesgo de sufrir una enfermedad de este tipo.
En conclusión, no existe ningún fundamento realmente consistente que permita establecer la necesidad de utilizar los filtros mencionados.
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